SESIÓN VIII (23/24): "El Gatopardo" Giuseppe Tomasi di Lampedusa
Ficha Técnica
Nº de páginas: 384
Editorial: Edfhasa
Colección: Contemporánea
Idioma: Castellano
Encuadernación: Tapa
dura
ISBN: 9788435010382
Traductor: Ricardo Pochtar
Año de edición: 2002
Giuseppe Tomasi di Lampedusa
(Palermo,
23 de diciembre de 18961– Roma, 23 de julio de 1957) fue un escritor italiano,
autor de una única novela, El gatopardo, ambientada en la Unificación italiana.
El gatopardismo, o el adjetivo lampedusiano, ha pasado a definir el cinismo con
el que los partidarios del Antiguo Régimen se amoldaron al triunfo inevitable
de la revolución, usándolo en su propio beneficio; posición acuñada en una
frase lapidaria: Que todo cambie para que todo siga igual.
Biografía
Giuseppe
Tomasi, príncipe de Lampedusa y duque de Palma di Montechiaro, nació en
Palermo, hijo del príncipe Giulio Maria Tomasi di Lampedusa, y de la princesa
Beatrice Mastrogiovanni Tasca di Cutò. Su título proviene de la isla de
Lampedusa, el territorio italiano más meridional.
Se
convirtió en hijo único tras la muerte de su hermana de corta edad, Stefania, a
causa de la difteria y se mantuvo muy ligado a su madre, mujer de fuerte
personalidad y que tuvo una gran influencia sobre él. Su relación fue muy
distinta con su padre, hombre de carácter frío y desapegado. Su infancia
transcurrió en los palacios paternos de Palermo y de Santa Margherita di Belice
«por cuyas estancias fue aprendiendo el camino de la soledad y la compañía de
los libros». De niño estudió en el domicilio familiar de Palermo donde fue
educado por una maestra, por su madre, que le enseñó francés, y por su abuela,
que le leía las novelas de Emilio Salgari. En el pequeño teatro de la casa de
Santa Margherita di Belice, donde pasaba largas vacaciones, asistió por primera
vez a una representación de Hamlet a cargo de una compañía de cómicos errantes.
Desde
1911 Tomasi acudió al instituto de secundaria en Roma, y posteriormente en
Palermo, en los que cursó estudios de letras. En 1915 se matriculó en Roma en
la Facultad de Derecho, si bien ese mismo año fue llamado por el ejército,
participó en la derrota de Caporetto y fue hecho prisionero por los austriacos.
Recluido en un campo de concentración húngaro, consiguió fugarse y volvió a pie
a Italia. Abandonó el ejército con el grado de teniente y volvió a la casa de
Sicilia, alternando el descanso con algunos viajes, siempre en compañía de su
madre, que no lo abandonaba nunca, y estudiando literaturas extranjeras.
Durante
una temporada en Londres, conoció a la más tarde célebre psicoanalista de
origen letón Alexandra Wolff Stomersee (Niza, 1895 – Palermo, 1982) con quien
contrajo matrimonio en Riga en 1932. Alexandra, conocida familiarmente como
Licy, era de familia noble y se crio en San Petersburgo, donde su padre era un
alto funcionario en la corte del zar Nicolás II.
Fueron
a vivir con la madre de Giuseppe a Palermo, si bien muy pronto la
incompatibilidad de caracteres entre las dos mujeres hizo a Licy regresar a las
propiedades familiares en Letonia, desde donde, tras la victoria soviética y
confiscados sus bienes, se trasladaría a Roma. En 1934 falleció Giulio Tomasi,
tras lo que Giuseppe heredó el título. En 1940 fue de nuevo llamado a las
armas, si bien fue rápidamente licenciado por hallarse a cargo de la hacienda
agrícola que había heredado. Se refugió entonces con su madre en Capo
d'Orlando, donde acudió también Licy huyendo de los peligros de la guerra. Tras
la muerte de su madre en 1946, Giuseppe volvió a residir en Palermo con su
esposa. En 1953 comenzó a frecuentar un grupo de jóvenes intelectuales al que
pertenecía el joven Gioacchino Lanza, con el que entablará una excelente
relación que le llevaría a adoptarlo algunos años después.
Lampedusa
se alojó con frecuencia en casa de su primo, el poeta Lucio Piccolo de Capo
d'Orlando, con el que acudió en 1954 a San Pellegrino Terme, para asistir a un
premio literario en el que conoció entre otros a Eugenio Montale y a Maria
Bellonci. Se dice que fue a la vuelta de ese viaje cuando comenzó a escribir El
gatopardo, que finalizaría dos años después. Al principio la novela no fue
tenida en consideración por las editoriales (Einaudi y Mondadori) a las que fue
presentada a través de su primo Lucio Piccolo, y estos rechazos, conocidos
pocos días antes de su muerte, causaron amargura en Lampedusa. En mayo de 1957
le es diagnosticado un tumor pulmonar. Su novela no fue publicada hasta un año
después de su muerte, cuando Elena Croce (hija de Benedetto Croce) la envió a
Giorgio Bassani, que la hizo publicar en la editorial Feltrinelli. El año
siguiente, 1959, la novela obtuvo el Premio Strega, el más importante de
narrativa en Italia. En 1960 llevaba ya más de cincuenta ediciones y era el
primer superventas italiano.
Por
otra parte, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa se conservó también un conjunto de
relatos, bajo el título general I racconti. El principal de los cuatro que el
volumen reúne, titulado "La sirena" (pero conocido también como
"Lighea" o "El profesor y la sirena"), fue escrito en el
invierno de 1956-1957, meses antes de morir; en él su narrativa es
extraordinaria, mezclando con gran habilidad, en un cuento dentro de otro
cuento, realidad, ficción, mito y cultura.
Falleció
mientras dormía en Roma, donde estaba recibiendo tratamiento. Se celebró por él
un réquiem y su cuerpo fue depositado en una sencilla tumba de mármol rodeada
por una verja de hierro, en el Cementerio de los Capuchinos de Palermo, donde
casualmente había hecho reposar también a su "Príncipe Fabrizio di Salina"
de El gatopardo y sería inhumada su esposa Alessandra, un cuarto de siglo
después.
RESEÑA
¿Cómo fue
posible?
Esta es
la pregunta que se hace Mario Vargas Llosa a lo largo del prólogo de la única
novela del escritor siciliano Giuseppe Tomasi de Lampedusa, el Gatopardo.
La obra
está ambientada en el convulso periodo histórico de la Unificación Italiana. El
principal protagonista es Fabrizio Corbera, gran terrateniente e imponente
príncipe de Salina que contempla el desmoronamiento de la clase aristocrática a
la que pertenece; perezosa, abúlica e inmovilista, destinada inevitablemente a
desaparecer y a ser sustituida por una burguesía inculta, codiciosa y vulgar.
Consciente de este cambio anima a su sobrino a que se case con la hija del
alcalde del pueblo de Donnafugata, quien es el paradigma de esa nueva clase. Es
el momento en que la aristocracia siciliana, rica en tierras pero escasa de
dinero, concierta matrimonios de conveniencia con el nuevo poder, el de los
comerciantes de coloniales, de vinos, de cítricos etc. El sobrino que está
arruinado ve la oportunidad de progresar económica y políticamente y se adapta
rápidamente a las circunstancias. Es precisamente él, en una de las
conversaciones con su tío el que pronuncia la célebre frase “si queremos que todo
siga igual, es necesario que todo cambie.”
Lampedusa
consigue reflejar toda una época de cambios tanto familiares como sociales
mediante las profundas reflexiones de ese orgulloso y a la vez atractivo
príncipe, fiel reflejo de su propio bisabuelo. Es prodigiosa su capacidad para
describir ambientes: decoración y mobiliario de los palacios, los olores de los
jardines y del campo, las copiosas comidas sobre elegantes manteles, el
vestuario o la belleza de las mujeres pero sobre todo las especiales características
de su tierra, la tan criticada pero tan amada Sicilia, su aislamiento, sus
gentes, sus olor, su terrible clima, su paisaje y su maravillosa luz.
Según
los que lo conocieron fue un hombre taciturno y solitario con una vasta
cultura, que en su juventud vivió en diferentes países y que viajó por muchos
más, pero que los últimos treinta años de su vida los pasó leyendo y meditando
en su casa y en los cafés de Palermo, donde de repente, pocos meses antes de
morir escribe una obra maestra.
¿Cómo
fue posible?
Volviendo
al prólogo de Vargas Llosa, dice que esta obra nos enfrenta al misterio de la
genialidad artística. Él le da muchas vueltas, pero en mi opinión, ese misterio
se reduce a tener o no tener capacidad creativa.
No sé
si habrá muchos casos en que un autor haya escrito solamente una obra como es
el caso de Lampedusa y que haya conseguido convertirla en un best-seller, pero
alguno sí que hay, es el caso de Margaret Mitchell, autora de “Lo que el viento
se llevó” y que como él con solo una obra logró pasar a la posteridad narrando
el episodio de “La Guerra de Secesión Americana” y el fin de la esclavitud. Los
dos tienen en común el haber podido reconstruir, partiendo de personajes de
ficción, un periodo histórico real. Ambos se recrean en los detalles y
consiguen unas novelas tremendamente descriptivas. Uno y otro recurren a las
fuentes familiares para documentarse. En el caso de Lampedusa de los archivos
de su antiquísima y aristocrática familia y en el caso de Mitchell de los que
le proporcionó su padre que era el Presidente de la Sociedad De Historia de
Atlanta. Los dos murieron jóvenes y nunca podremos saber si continuarían
escribiendo, instalados en sus vidas rutinarias De Palermo y Atlanta.
¿Cuál
fue el motivo que les impulsó a escribir? ¿Cómo fue posible? Seguirá siendo un
misterio.
Cavilando sobre el tema recordé una de las
rimas de Becquer que pueda dar la explicación.
Del
salón en el ángulo obscuro, de su dueño tal vez olvidada,
Silenciosa
y cubierta de polvo, veíase un arpa.
¡Cuánta
nota! dormía en sus cuerdas,
Como el
pájaro duerme en las ramas,
Esperando
la mano de nieve que sepa arrancarlas.
Ay,
pensé, cuantas veces el genio así duerme en el fondo del alma,
Esperando
que una voz como a Lázaro diga, levántate y anda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario