GIORDANO BRUNO. De nacimiento Filippo Bruno (Nola, enero o febrero de 1548 – Roma, 17 de febrero de 1600), fue un astrónomo, filósofo, teólogo, matemático y poeta italiano.
Otro poema notable de Bruno es "De Immenso et Innumerabilibus" ("Sobre lo Inmenso y lo Innumerable"), publicado en 1584. Este poema está dedicado al estudio del universo y la inmensidad del cosmos, y presenta una visión panpsiquista de la naturaleza.
Sobre lo Inmenso y lo Innumerable
De la nada vino todo lo que es,
el caos se convirtió en orden
y el vacío se llenó de ser.
Así nació el universo,
así nacieron los mundos,
así nacieron los seres.
Y todo lo que es, es grande,
grande como el universo mismo,
como los cielos estrellados,
Como las galaxias
Pero hay algo más grande todavía,
algo que escapa a toda medida,
algo que está más allá del ser,
algo que es inmenso e innumerable.
Es el espacio que lo contiene todo,
el espacio que todo lo abraza,
el espacio que no tiene fin,
el espacio que es eterno.
Y en ese espacio hay estrellas y mundos,
hay seres y formas inimaginables,
hay vida y muerte, creación y destrucción.
Y todo está en movimiento,
todo cambia y se transforma,
todo evoluciona y se renueva.
Pero el espacio permanece,
el espacio es la matriz del ser,
el espacio es lo inmenso y lo innumerable.
Y nosotros somos parte de ese espacio,
somos una chispa de esa luz,
somos una nota en esa música infinita.
Por eso, no hay nada pequeño ni insignificante,
no hay nada que no tenga su lugar y su razón de ser,
no hay nada que no esté conectado con todo lo demás.
Porque todo es uno en el espacio,
todo es parte de la misma unidad,
todo es parte de la misma divinidad.
Y en ese espacio inmenso e innumerable,
hay una luz que nos guía,
una voz que nos llama,
un amor que nos abraza.
Es el amor que lo abarca todo,
el amor que es la esencia del ser,
el amor que nos eleva y nos transforma.
Porque en el espacio inmenso e innumerable,
todo es amor,
todo es luz,
todo es divinidad.
Y nosotros somos una parte de eso,
una chispa de esa luz divina,
una nota en esa música infinita.
Por eso, no hay nada que temer,
no hay nada que lamentar,
no hay nada que no podamos superar.
Porque somos parte de lo inmenso y lo innumerable,
somos parte de la luz y del amor,
somos parte de la divinidad misma.
Así sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario