lunes, 8 de mayo de 2023

SESIÓN XV: "La hojarasca" Gabriel García Márquez

 


Ficha Técnica

Nº de páginas: 136

Editorial: Randon House

Idioma: Castellano

Encuadernación: Tapa blanda

ISBN: 9788439742074

Año de edición: 2014


GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ


Gabriel José de la Concordia García Márquez
(Aracataca, Colombia, 6 de marzo de 1927-Ciudad de México, 17 abril de 2014) fue un escritor y periodista colombiano. Reconocido principalmente por sus novelas y cuentos, también escribió narrativa de no ficción, discursos, reportajes, críticas cinematográficas y memorias. Estudió derecho y periodismo en la Universidad Nacional de Colombia, e inicio sus primeras colaboraciones periodisticas en el diario "El espectador". En 1982 recibió e Premio Nobel de Literatura «por sus novelas e historias cortas, en las que lo fantástico y lo real se combinan en un mundo ricamente compuesto de imaginación, lo que refleja la vida y los conflictos de un continente».

 Junto a Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes, fue uno de los exponentes centrales del boom latinoamericano. También está considerado uno de los principales autores del realismo mágico, y su obra más conocida, la novela Cien años de soledad, es considerada una de las más representativas de esa corriente literaria, e incluso se considera que se debe al éxito de la novela el hecho de que el término se aplique a la literatura surgida a partir de 1960 en América Latina. En 2007 la Real Academia Española y la Asociación de la Lengua Española publicaron una edición popular conmemorativa de esta obra, por considerarla parte de los grandes clásicos hispánicos de todos los tiempos.

Hijo de Gabriel Eligio García y Luisa Santiaga Márquez Iguarán, nació en Aracataca, «el domingo 6 de marzo de 1927 a las nueve de la mañana...», como refiere el propio escritor en sus memorias. Cuando sus padres se enamoraron, el padre de Luisa, el coronel Nicolás Ricardo Márquez Mejía, se opuso a esa relación, pues Gabriel Eligio, telegrafista, no era el hombre que consideraba más adecuado para su hija, por ser hijo de madre soltera, pertenecer al Partido Conservador Colombiano y ser un mujeriego confeso.

Con la intención de separarlos, Luisa fue enviada fuera de la ciudad, pero Gabriel Eligio la cortejó con serenatas de violín, poemas de amor, innumerables cartas y frecuentes mensajes telegráficos. Finalmente, la familia capituló y Luisa consiguió el permiso para casarse con Gabriel Eligio, lo cual sucedió el 11 de junio de 1927 en Santa Marta. La historia y tragicomedia de ese cortejo inspiraría más tarde a su hijo la novela El amor en los tiempos del cólera.

Poco después del nacimiento de Gabriel, su padre se convirtió en farmacéutico y, en enero de 1928, se mudó con Luisa a Barranquilla, dejando a Gabriel en Aracataca al cuidado de sus abuelos maternos. Dado que vivió con ellos durante los primeros años de su vida, recibió una fuerte influencia del coronel Nicolás Márquez, quien de joven mató a Medardo Pacheco en un duelo y tuvo, además de los tres hijos oficiales, otros nueve con distintas madres. El coronel era un liberal veterano de la guerra de los Mil Días, muy respetado por sus copartidarios y conocido por su negativa a callar sobre la masacre de las bananeras, suceso en el que murieron cientos de personas a manos de las Fuerzas Armadas de Colombia, durante una huelga de los trabajadores de las bananeras, hecho que García Márquez plasmaría en su obra.

El coronel, a quien Gabriel llamaba Papalelo, describiéndolo como su «cordón umbilical con la historia y la realidad», fue también un excelente narrador y le enseñó, por ejemplo, a consultar frecuentemente el diccionario, lo llevaba al circo cada año y fue el primero en introducir a su nieto en el «milagro» del hielo, que se encontraba en la tienda de la United Fruit Company. Frecuentemente decía: «Tú no sabes lo que pesa un muerto», refiriéndose así a que no había mayor carga que la de haber matado a un hombre, lección que García Márquez más tarde incorporaría en sus novelas.

Su abuela, Tranquilina Iguarán Cotes, era de origen gallego, así lo manifestó el propio Gabo en diferentes ocasiones, a quien García Márquez llama la abuela Mina y describe como «una mujer imaginativa y supersticiosa» que llenaba la casa con historias de fantasmas, premoniciones, augurios y signos, fue de tanta influencia en García Márquez como su marido e incluso es señalada por el escritor como su primera y principal influencia literaria, pues le inspiró la original forma en que ella trataba lo extraordinario como algo perfectamente natural cuando contaba historias y sin importar cuán fantásticos o improbables fueran sus relatos, siempre los refería como si fueran una verdad irrefutable. El propio escritor tendría manifestado en una entrevista en 1983 al periódico español El País.

“Surgió mi interés de descifrar su ascendencia, y buscando la suya encontré la mía en los verdes frenéticos de mayo hasta el mar y las lluvias feraces y los vientos eternos de los campos de Galicia. Solo entonces entendí de dónde había sacado la abuela aquella credulidad que le permitía vivir en un mundo sobrenatural donde todo era posible, donde las explicaciones racionales carecían por completo de validez”.

Además del estilo, la abuela Mina inspiró también el personaje de Úrsula Iguarán que, unos treinta años más tarde, su nieto usaría en Cien años de soledad, su novela más popular.

Su abuelo murió en 1936, cuando Gabriel tenía ocho años. Debido a la ceguera de su abuela, él se fue a vivir con sus padres en Sucre, población ubicada en el departamento homónimo de Sucre, donde su padre trabajaba como farmacéutico.

Según lo afirmó su hijo Rodrigo, Gabriel había perdido la visión del centro de su ojo izquierdo desde su infancia, cuando miró directamente un eclipse.

Su niñez está relatada en sus memorias Vivir para contarla. Después de veinticuatro años de ausencia, en 2007, regresó a Aracataca para un homenaje que le rindió el Gobierno colombiano al cumplir sus ochenta años de vida y los cuarenta desde la primera publicación de Cien años de soledad.

RESEÑA

La hojarasca es la primera novela de Gabriel García Márquez, publicada en 1955, y es considerada una obra maestra de la literatura latinoamericana. La novela fue publicada inicialmente en Buenos Aires, en una edición limitada de 500 copias, bajo el sello de la editorial Los Presentes que entonces era dirigida por el poeta argentino Raúl Gustavo Aguirre. La novela recibió críticas positivas desde su publicación, y fue alabada por autores como Pablo Neruda y Carlos Fuentes. Sin embargo, también recibió críticas de otros escritores y críticos que la consideraron demasiado experimental o difícil de entender.

En 1962, La hojarasca fue reeditada por la editorial Sudamericana en una edición más amplia, que incluía un prólogo del escritor y crítico literario colombiano Álvaro Mutis. Ha sido traducida a muchos idiomas y ha sido adaptada al teatro y al cine. En 2018, se publicó una edición conmemorativa del 60 aniversario de la novela, con ilustraciones de la artista Luisa Rivera y un prólogo de Mario Vargas Llosa, escritor que el que mantuvo a lo largo de los últimos un largo desencuentro tras la fatídica cena de México.

La hojarasca cuenta la historia de un lugar llamado Macondo y su familia, a través de la voz de tres narradores: un anciano, un niño y su madre Isabel. La novela se centra en la muerte de un personaje desapacible y cómo su muerte afecta a la comunidad. El desprecio y sed de venganza de la totalidad del pequeño universo de Macondo, impiden, inicalmente que el doctor sea enterrado, situación que choca frontalmente con la decisión del coronel Buendía, el cual, finalmente consigue su propósito.

Tiene esta novela una capacidad tan envolvente, cuya vocación narrativa es tan decidida que llega a movilizar los sentidos, y lo hace “con una gran sensibilidad: los olores, los colores, los sonidos… Un ejemplo de ello puede ser uno de los fragmentos que nos relata el niño:

“No hay en la casa un olor que yo no reconozca. Cuando me dejan solo, cierro los ojos, estiro los brazos y camino. Pienso: Cuando sienta un olor a ron alcanforado estaré en la pieza de mi abuela, ahora pasé por el cuarto de mi madre huele a barajas nuevas...”

En cuanto a colores el escritor insiste, al igual que pasaba en “Lluvia amarilla” de Llamazares en el color AMARILLO : “Los duros ojos amarillos del médico” “El pito de un tren amarillo y polvoriento” “El polvo luminoso y blanco que cubre las casas, le ha dado al pueblo un lamentable aspecto de mueble arruinado… Un viento final que borrará este pueblo”.

La hojarasca es una obra clave para comprender la obra posterior de García Márquez, ya que presenta muchos de los temas y elementos que se repiten en sus novelas posteriores, como la importancia de la memoria y la familia, la violencia y el realismo mágico.

En definitiva es una obra fundamental de la literatura latinoamericana y que ha influido en muchos escritores posteriores. Su estilo narrativo único, su exploración de la memoria y la identidad, y su uso del realismo mágico la convierten en una novela indispensable para cualquier amante de la literatura.
 

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