miércoles, 12 de octubre de 2022

SESIÓN I, POESÍA: "Poesía sin título" de Sebastián Fiorilli

Biografía

SEBASTIÁN FIORILLI


Ha publicado 4 libros de poesía: Marisma de Mí, El perfecto Dejado, Cuidado que viene el lobo, Latología Poética, La poesía da para comer (libro completamente comestible), Poesía Intimista (poemas para ser mirados a través de una mirilla, poesía objetual) Participó en más de 20 antologías internacionales.
Ha sido traducido al portugués, al inglés y al danés. En el año 2014 fue seleccionado para participar en el Festival Internacional de Poesía de Buenos Aires ( sus textos poéticos y narrativos fueron escogidos para diferentes acciones performáticas y actorales en el metro de la capital Argentina) Ese mismo año, fue convocado por la revista objetual “La lata” para participar en el número especial monográfico: “Mucho Ruido” Coedita en la actualidad junto con Lucía Iglesias Kuntz (comunicación Unesco / París) poesía objetual enlatada.



POEMA SIN TÍTULO

La última vez que vi a mi madre todavía volaba en su bicicleta verde,
echaba chispas contra la eternidad
despotricando contra el gremio docente,
contra el óxido de las poleas y la unión cívica radical.

Cada tarde pedaleaba contra la ignorancia
y escribía contra el discurso
de la tristeza y el de mi abuela,
que odiaba verla vestida como una nube pasajera.
Pero ella seguía iluminando las calles
como un farol que lentamente las mariposas
encendían contra la oscuridad de la barbarie.

Una vez vi cómo mi madre se iba quedando ciega de los lados de tanto
andar por la infancia, de tanto andar por casa.
Una tarde de ladridos golpeó sus ojos con el mango de la sombras
y gritó como se grita en el silencio de los cabos junto al nacimiento de los faros.
Ahí estaba la vieja, suspendida entre la rosa china
y la reunión de los lunes de la cooperadora,
de la cooperativa que levantó un sendero de estrellas contra el olvido.
Por eso mis ojos crecen con el ballet de los nogales
y mi abuela baila con su corona de malvones en el medio del río.

Viendo esta mañana imagino qué estará haciendo ella
en aquel tiempo en que se hizo inmortal, me pregunto
si estará viendo el mismo cielo, si comerá del mismo pan,
o si su ventana estará abierta para ver
el vuelo rasante de los vencejos picoteando el alba.

Una tarde que nunca terminaba de irse
la vi quemar un libro de catecismo mientras yo leía Rayuela del tirón,
la vi empuñar una golondrina por el pecho para que existiera la noche.

Hoy todo sigue igual, aunque yo viva en otro país y en otro cielo,
la educación sigue siendo un erial para sembrar los gritos,
las palabras no son una playa donde la soledad es un horizonte
y donde los pájaros deberían ser de verdad.

La reunión de la cooperadora de los lunes sigue siendo
un sueño, como un sueño sigue siendo empuñar la injusticia
por la culata y disparar contra el gremio,
contra la unión cívica radical,
contra la ceguera de un pueblo que no entiende
lo que significa regar un jardín,
pedalear por la memoria,
escribir la última proclama de la alegría.




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